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Cómo rechazar un trabajo (sin quedar mal)

Conseguir un empleo en un mercado laboral tan complejo y competitivo como el actual es un motivo de orgullo. En primer lugar, porque demuestra que tienes capacidades, conocimientos y la preparación necesaria para desempeñar un cargo satisfactoriamente.

Y, en segundo lugar, porque esa oportunidad permite tener estabilidad financiera para cubrir con tus responsabilidades y necesidades.

Sin embargo, a pesar de esas condiciones, es posible experimentar sentimientos encontrados que lleven a tomar la decisión de rechazar el trabajo.

Si te identificas con esa situación, debes actuar de forma inteligente para cuidar tus finanzas y, sobre todo, estar a gusto contigo en este nuevo comienzo.

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¿Quieres saber cómo?

Entonces, aprende “cómo rechazar un trabajo cordialmente” sin descartar futuras oportunidades laborales con este sencillo método de 7 etapas:

Cómo rechazar un trabajo cordialmente sin descartar futuras oportunidades laborales

Seguidamente descubrirás los pasos que debes seguir para identificar si realmente tienes que rechazar un empleo y de ser así, cómo proceder para hacerlo de la mejor manera.

1. Identifica el motivo para rechazar el empleo

¿Consideras que el salario ofrecido es muy bajo?

¿Te parece que la cultura organizacional diverge de tus intereses personales y profesionales?

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¿Quieres tomarte unas breves vacaciones para organizar otros aspectos de tu vida? Como puedes observar, existe una gran variedad de aspectos que pueden influir en tu decisión. Por eso, debes reflexionar con detenimiento los pros y los contras del empleo.

En ocasiones, es posible que una persona se haya querido postular a la vacante porque cumplía con todos los requisitos. Sin embargo, al acudir a la entrevista, se da cuenta que, el horario interfiere con sus estudios o, algo más drástico, para aceptar el trabajo no puede ser estudiante.

Tómate unos minutos o, algunas horas si lo necesitas, para detectar ese factor que te impide, de alguna u otra forma, aceptar la oferta de trabajo.

Puedes hacer una lista de motivos y, progresivamente, descartar los que resulten más superficiales.

Por ejemplo, podrías renunciar un empleo debido a:

  • La disconformidad con el salario.
  • Otra oferta de trabajo.
  • La contraoferta de tu trabajo actual.
  • Motivos personales.
  • Tus compromisos educativos en el corto plazo.
  • Un ambiente laboral tóxico percibido durante las entrevistas.
  • Malas referencias de la empresa.

2. Analiza la situación del mercado laboral

¿Otras empresas también tienen vacantes para el mismo cargo u otro similar?

¿Cuál es el salario? ¿Qué beneficios económicos y no económicos pueden ofrecer?

¿Te has preguntado si es difícil conseguir el empleo?

A veces, las personas actúan precipitadamente o por impulsos. En esas situaciones, las decisiones pueden ser perjudiciales más que beneficiosas.

El hecho que se cumpla con el perfil de una vacante no significa que puedas superar las entrevistas o las pruebas de selección. Al contrario, podría alterar la percepción que tienes sobre ti, y terminar generando una decepción.

Por ese motivo, tienes que identificar las oportunidades que consigas y las amenazas que representan ciertas circunstancias antes de rechazar el trabajo. No necesitas dedicar días enteros buscando información para tomar esa decisión, pero sí es prudente que elabores un Plan B para encontrar otra posible propuesta de trabajo tan rápido como puedas.

Una vez hayas terminado con ese proceso de investigación y tu decisión sea definitiva, debes continuar con la siguiente etapa.

3. Prepara la información que vas a comunicar

Los procesos de reclutamiento y de selección requieren esfuerzo, dedicación y, sobre todo, recursos financieros.

Por ese motivo, tienes que contactar a la empresa rápidamente, y exponer la razón que te impide continuar con el proceso de contratación.

En esta etapa, es conveniente la sencillez, la claridad y la brevedad del mensaje. Para los candidatos, es una experiencia útil porque les permite mantener una buena imagen.

Y, para los de Recursos Humanos, al recibir esa información, podrán mejorar sus procesos internos, ya sea evitando futuras equivocaciones o, posiblemente, preparando las vacantes con criterios más efectivos.

4. Escoge la modalidad de contacto que vas a usar

Lo más prudente es que te comuniques, con la persona encargada de la contratación, por el mismo canal con el que establecieron el primer contacto contigo.

Por ejemplo, si fue por correo electrónico, entonces envía un mensaje donde expongas por qué decides rechazar el trabajo.

Ten presente que, dependiendo de la empresa, es imposible llamar al mismo número desde donde te llamaron.

Así que, busca el número del departamento para comunicarte con el área de Recursos humanos tan pronto como sea posible.

Otra alternativa y, desde luego, las más rápida y conveniente es asistir personalmente a la empresa.

5. Conversa sin sentir vergüenza

El hecho de rechazar el empleo tempranamente es una situación que te beneficia y que beneficia a la empresa.

En el primer caso, porque puedes evitar situaciones de conflictos o de inconformidad al estar en un cargo o en una empresa que no se alinea, en este momento, con tu plan de desarrollo profesional. Es mejor tomar esa decisión ahora que renunciar cuando llevas horas o pocos días trabajando.

Y, para la empresa, también le favorece porque estará a tiempo para buscar otros candidatos que puedan cumplir con el perfil. Generalmente, se tienen en reserva a otros candidatos para manejar estas situaciones.

Recuerda que, en esta etapa, la conversación debe ser respetuosa. Por ese motivo, prepárate para hablar y para escuchar, también.

6. Proyecta honestidad, empatía y responsabilidad

Indistintamente del canal de comunicación utilizado, debes reafirmar los valores que te caracterizan. Recuerda que, hoy en día, las empresas no solo buscan a quienes tengan más conocimientos y proyecten un mayor nivel desempeño, sino que también, necesitan personas que demuestren un comportamiento apropiado para mantener un excelente clima laboral.

Otro beneficio de demostrar esa actitud, es que te permitirá renunciar al empleo sin descartar futuras relaciones laborales.

Tal vez, no quisiste trabajar en ese lugar ahora, pero sí podrías aceptarlo en el futuro si lo permiten las políticas de la empresa. En ocasiones, incluso, la persona encargada de reclutamiento y tú podrían coincidir en otra empresa y, por tu comportamiento satisfactorio anterior, es posible que tengas ventaja sobre otros candidatos.

7. Demuestra agradecimiento y respeto al despedirte

En función del cargo o del sector económico de la empresa, la rotación de personal puede ser una situación sin mayores preocupaciones para los reclutadores.

Sin embargo, debes considerarlo como un aprendizaje. Con esa experiencia, además de comprender qué deseas en el presente, puedes planificar qué quieres para el futuro. Así que, demuestra agradecimiento por la oportunidad que te ofrecieron, y la atención que recibiste tanto en la etapa de reclutamiento como en la de selección.

Y, recuerda siempre que, es válido rechazar un trabajo, pero debes comunicarlo tan pronto como puedas y, de esa manera, evitar cualquier conflicto en caso de haber firmado un contrato de trabajo.